El día después de Acción de Gracia se conoce por ser la mayor festividad de compras de la época navideña. El llamado “Black Friday” es un evento ya esperado por muchos sectores para ahorrar algo en los regalos, principalmente en los efectos electrónicos y juguetes. Podríamos pensar que estos especiales vienen como anillo al dedo para las personas que han sido golpeadas por la crisis económica global y sobre todo por la “crisis criolla” que el gobernador no ha podido controlar. A eso de las 9:00pm iba en dirección a Cabo Rojo cuando miro para el lado y me asombro del gran tumulto frente a la Juguetería estadounidense más grande en la Ciudad de Mayagüez. Era algo muy parecido al aglutinamiento que habría en una fiesta patronal o en un evento masivo de gran importancia. Ya de regreso de Cabo Rojo a Mayagüez, a eso de las 10:20pm vi que la cantidad era mucho mayor. Llamé a mi novia para comentarle que la fila del “Toy R Us” ya era tres veces mayor que cuando pasamos a las nueve. Mientras buscaba otra estación radial encontré una canción que describía a la perfección lo que pasaba en esa tienda y lo que estoy seguro que pasó en todo el país. Mi radio se convirtió en un profeta para decir “cosas baratas que despiertan la atención, entre los trapos y los camisones la gente busca nuevas sensaciones comprar barato da una extraña excitación”. Esta sensación que el “Viernes Negro” rompe y le da un nuevo giro a lo que se supone que sea la acción de compartir las grandezas de la vida en familia. Muchos sacrifican el comer en la mesa con sus hijos por el paradigma instituido por el capital de que el amor se demuestra con el regalo más costoso. Otras personas sacrifican el sueño y el descanso por comprar un poco más económico el juguete o los tenis que están de moda. ¿Cuál es el verdadero costo del ahorro? ¿Salimos ganando al ahorrar $10 en algún objeto? Según el artículo de Patricia Ruíz en 80grados en 2007 sobre 135 millones de personas compraron en el ‘Black Friday’ en los Estados Unidos y el Wal Mart de Bayamón tuvo la visita de sobre cinco mil personas en un Viernes Negro el año pasado. Es muy temprano en el día para poder decir que este año se sobre pasaron los números, pero por lo visto en los principales periódicos de la isla podría garantizar que sí. Buscan algo barato, algo que la crisis les permita pagar o el capital les permita fiar. Debo admitir que en algún momento de mi vida yo iba a las ventas del madrugador. Iba emocionado porque podría comprar la polo y los jeans de temporada en Gap. Gracias a Dios que llevo par de años sin ir a ese consumismo matutinas. No he ido en los pasados años porque entendí que más allá de lo que podría economizar (cosa tan relativa a la plusvalía del capital) es más importante descansar y compartir con mis amistades y mis familiares (Vibeke está incluida en mi familia). No me queda otra cosa que decirles muchas felicidades en estas festividades navideñas, el que ustedes lean este artículo y lo comenten es el mejor regalo que me pueden hacer sin tener que ir al Mall. Foto: http://www.sugarloafnewyork.com/fun/2010/11/really/
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Luis Javier
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